El camino de Isha es una vía húmeda, centrada en el camino del amor, que además practica la alegría en su alabanza y alcanza la paz en su gratitud.
Pero lo realmente importante es esta triada divina. Tres principios activos que lo construyen todo. El amor es irradiante, la alegría es envolvente y la paz la amalgama. Tres formas de expresión de la energía vital.
Creo que es muy claro que tanto el amor como la alegría son principios activos. Lo realmente interesante es cómo la paz también lo es.
He recordado el camino de Wu Wei. El arte de hacer sin hacer. El camino del árbol, que sin hacer ningún sobre esfuerzo crece y se desarrolla como tal. Con raices fuertes que se abren paso lentamente a través del suelo, una estructura firme pero suficientemente flexible para resistir los fuertes vientos. Y una maravillosa copa que ofrece frutos y sombras. Este es el resultado apoteosico de la paz.
El Sibarel, abrazando árboles