miércoles, septiembre 25, 2019

¿Anticoach?

Ser un antichoach es como se ser un antipoeta... Igual se es "poeta".
¿Para qué sirve un coach?
Me he enfrentado a este tema desde mis años de universidad, cuando regresó Fernando Flores, cuando se popularizó la Escuela de Santiago con los discípulos, sino esbirros, de Maturana, Varela y compañía. Lo digo así, porque incluso Maturana ha renegado de las empresas que se formaron luego.
Todo esto tiene algo seductor, pero a la vez es incompleto, porque el coach sirve para pulir o perfeccionar algo que ya se tiene, y si no se tiene pues bien, "Quod natura non dat, Salmantica non præstat".
Veamos un caso hipotético, si un Gerente no tiene habilidades blandas, de esas que debió aprender en su hogar, o en el colegio, o por último en la "Universidad", por ejemplo, no saluda a la gente, "su gente" cuando llega a primera hora, un coach le puede enseñar a saludar, le puede enseñar distintas formas, pero si ese saludo no es sincero, si no viene del corazón, tal hipocresía se nota.
Veamos otro caso, el mindfulness, Hay millares de coach que lo enseñan, pero la verdad el origen de esto lo podemos hallar en el budismo, que es toda una filosofía muy profunda, ahí no hay coach, hay maestros y este es el punto.
Si cambiamos a los maestros por simples coach, simplemente aprenderemos la superficie de la "cosa" y no la "cosa" en sí.  Bien por el que practica mindfulness, pero REBIEN por el que practica BUDISMO, la diferencia es del Cielo a la Tierra. Curiosamente, alguien que practica budismo se puede ver muy beneficiado por un coach de mindfulness, hasta que deja de serle útil.
Entonces el punto es que esta sociedad desquiciada ha cambiado a los maestros por coach, porque es algo muy utilitario, es muy inmediato, es pan para ahora, la once queda cubierta, ¿pero y el desayuno de mañana?
El desafío para los coach es transcender, desde mi punto de vista, es dejar de ser simples coach y convertirse en maestros, y para eso deben profundizar en sus estudios (y muy probablemente incorporar otroas), no basta que conozcan la superficie del iceberg, deben saber todo lo que permanece en lo hondo y que nunca se ve, pero que es lo que en verdad sustenta su superficie.

Anticoach, por supuesto, no porque no sirva el coach, no porque esté mal, sino porque sin lo profundo no es más que una APP, salvadora para el presente, pero que no asegura el futuro (nada lo hace, pero es mejor llegar lo mejor preparado posible).