Por Sibarel
Este ensayo sobre EL YO se basa en el trabajo de Antony
Flew y su libro intitulado “Dios Existe”, porque plantea y sintetiza muy bien
mis propios pensamientos, es decir, estoy de acuerdo con lo que él expone. Y en
particular me referiré a la síntesis que presenta en el Apéndice A - El Nuevo
Ateísmo: Una aproximación crítica a Dawkins, Dennett, Wolpert, Harris y
Stenger.
Esta Hipótesis V se hace cargo de la quinta de sus 6 ideas
que evidencian que creer en Dios es más lógico que no hacerlo: ¿cómo y por qué
es que YO existo? Descartes lo entendió al revés. Porque YO existo es que YO
pienso, percibo, deseo, significo e interactúo.
Flew nos dice: “Nuestro YO no es algo solamente físico,
de la misma forma que no es algo solo suprafísico. Es un YO encarnado, un cuerpo
con alma; TU no estas en una célula específica de tu cerebro o en alguna parte
de tu cuerpo”.
Por otra parte, complementa con: “La negación del YO no
puede ser mantenida sin contradicción. A la pregunta ¿Cómo sé que existo?, un
profesor dio la célebre réplica ¿Y quién está preguntando?”.
Finalmente concluye que: “Nos damos cuenta de que el YO no puede ser descrito, menos aún
explicado, en términos físicos o químicos. La Ciencia no descubre al YO; es el YO
el que descubre a la Ciencia. Comprendemos entonces que ninguna versión de la
historia del universo es consistente si no da cuenta de la existencia del yo”.
Aquí nos enfrentamos a nuestra propia UNIDAD, a nuestra propia
UNICIDAD. Dios es único y en ese sentido cada uno de nosotros también lo es, y
nuestro YO es único, porque al fin y al cabo, hemos sido creados a “imagen y
semejanza” de Dios, el famoso “YO soy el que soy”. Esa chispa
divina, esa letra YOD que da inicio al tetragrámaton es la que también nos
anima, y la ciencia sigue sin poder asir.
Este YO es el responsable de los qualia, aquellas
experiencias subjetivas y únicas que experimentamos como individuos, es nuestra
forma personal de percibir los colores, los sabores, olores, texturas y
sabores. La ciencia no los puede medir o cuantificar de manera objetiva, pero
son una verificación personal de la existencia misma de nuestro YO.