Hay muchos libros que describen mitos, de todas las culturas de la Tierra y de todas las épocas, llegando incluso en los tiempos modernos a expresiones que aparecen en los noticieros de todo el mundo como el caso del Chupacabras y su relación con la NASA, por citar alguno.
Desde los primeros relatos vemos formas que se repiten como animales agoreros, principalmente pájaros como en el caso de los griegos y por qué de los inicios de la religión cristiana con la “paloma de la paz”, la representación del espíritu santo. También se repiten formas de encantamiento por ejemplo el canto de las sirenas. Es como si en las culturas humanas se repitieran arquetipos, probablemente del hecho de compartir orígenes comunes.
Bueno, pero yo no soy un “mitólogo”, ni pretendo hacer en esta ocasión un exhaustivo estudio de este tema. Si no que en esta ocasión, he de referirme a una experiencia personal, que se relaciona con el tema de este artículo en forma indirecta. Resulta que me sorprendió una conversación reciente con unos amigos, que relataron haber oído el canto del Tue Tué, y cómo todo a su alrededor había quedado en el más absoluto de los silencios por un tiempo, algo así como un estadio de conciencia alterado dónde una gota de agua tarda una eternidad en caer.
Así que decidí investigar qué o quién es el Tue Tué, y cómo mis amigos podrían haber oído tan singular canto.
El Tue Tué
Se le describe como un “pájaro” en la zona centro y sur de Chile, por lo que si quieren tener alguna experiencia con él, les recomiendo ir a Loncoche, o quizás Salamanca (que cómo todos sabemos es “tierra” de brujos, aunque yo no creo en brujos “Garay”…).
Se supone que su canto anuncia:
- muerte
- enfermedad
- inundaciones
- catástrofes en general.
No se ve, tal vez sea porque siempre vuela al anochecer. La mejor recomendación parece ser no molestarlo, y santiguarse si se escucha su canto que dice “tue-tue-tue”, muy rápido. Bueno, así es que mis amigos están seguros de haberlo escuchado a pesar que ninguno se atrevió a mirarlo o buscarlo siquiera. Ahora les aseguro que cuando lo escuchemos, si esto pasa algún día, también estaremos ciertos que se trata del Tue Tué, es demasiado singular su canto como olvidarlo.
Bueno, lo mítico de esta ave, si convenimos en llamarlo así, es que hay quienes lo relacionan con el diablo, brujos en general y otro ser mítico llamado Chon Chón que se trata explícitamente de un brujo que con artes de magia es capaz de desprender su cabeza del cuerpo y volar. Obviamente, en el caso del Chon Chón se presentan varios problemas, como no poder volver a conectar la cabeza al cuerpo, o conectar al revés, etc.
Los Relatos del Tue Tué
En el folclor criollo hay muchos relatos de encuentros con el Tue Tué. En estos relatos no falta quién por “curiosidad” invita al Tue Tué a almorzar o servirse alguna cosa. Esto en general resulta ser un gran error.
Parece que el Tue Tué no resiste el ser invitado, y se presenta invariantemente para hacer cumplir la promesa. Aquí es donde se mezcla con la historia del Chon Chón, pues el que se presenta a cobrar lo prometido sería el propio brujo o bruja, o incluso puede ser el mismísimo “cola de flecha”. En el caso del Chon Chón normalmente se le ofrece sal, así que el invitado que llega con posterioridad, suele invariantemente cobrarse la sal típicamente llevándose el salero.
Pero volviendo al Tue Tué, en los relatos normalmente se le invita a almorzar o servirse alguna otra cosita. En algunos casos, llega alguien, que se sirve tranquilamente lo prometido, y todo termina como si nada. Pero en otros, la gente al ver que no llega nadie, se pone a celebrar y tomar o simplemente por el paso de las horas se olvidan, y es entonces dónde aparece alguien, un hombre bien vestido, un pordiosero, una ancianita, etc., que es rechazado(a)… Grave error pues en estos casos, los relatos terminan invariablemente en muerte o destrucción. El bebé mutilado por un pájaro que nadie sabe por dónde entró, pero que los destrozó, y el único vestigios son las plumas que quedaron, etc.
¿Qué hacer? En algunos casos se sugiere, si se está en la casa y se escucha el canto del Tue Tué, arrojar un puñado de sal fuera de la casa. En otros tipos de relatos, se aconseja rodear a los adultos por los niños de la casa, y poner a todo el mundo a rezar, con los niños de cara a los adultos. Esto parece dar una serte de protección a los adultos, por los propios niños “inocentes”.
El Relato de Mis Amigos
A pesar que fueron 2 mis amigos que contaron sus relatos en forma separada, ya que les sucedió en lugares diferentes en épocas diferentes, sólo uno de los relatos fue más extenso, y contaré una parte.
Ellos eran cuatro, y dos de ellos estaban bajo el influjo del alcohol, por quizás qué celebración, que no vale la pena acordarse. Y entonces, cuando apareció el Tue Tué y vino el silencio del que les hablé, uno de ellos dudó o directamente no creyó en el poder del mítico animal, y le increpó, que si en realidad era el Tué Tué, entonces cantara en la dirección que el indicó, y cantó, no creyendo aún, señaló rápidamente una dirección opuesta, y en el acto volvió a cantar. Ahí se volvió seria la cosa, ya nadie más bromeo, ni molestó al avechucho, para que se retirara en paz, y así fue.
Este relato y el de mi otro amigo, ocurrieron precisamente en zonas del sur de Chile, por lo que a aquellos a los que les gusta el turismo aventura del tipo “fuera de ruta” les recomiendo darse una vueltecita por Salamanca o Chiloé, además que es muy bonito paisajísticamente hablando.
Bonnus
Para mis lectores, como escritor que soy, los dejo con mi versión de lo ocurrido a mis amigos.
Conclusión
Mis amigos están ciertos de haberse topado con el Tue Tué, y ninguno de ellos piensa siquiera bromear con este asunto. Yo no sé, pero lo cierto es que desde que comencé a escribir este artículo me enfermé, y en la noche escuché el canto de un pájaro que revoloteó algunas veces por mi casa. ¿Qué si dijo tue-tue-tue?, no sé yo estaba con fiebre y tratando de dormir.
Y como dije antes, no creo en brujos Garay, pero de que los hay los hay. Así que tengo claro que hay cosas entre el Cielo y la Tierra con las que es mejor no bromear, ni menos tentar a la suerte.
Tengo otros amigos que cada vez que hablo de la suerte se escandalizan, por que ellos dicen que tal cosa no existe, sino que todo es causa y efecto, acción y reacción. Yo estoy de acuerdo, pero cuando “lo conocemos” pero si no lo conocemos entonces lo llamo “suerte” o mala suerte también.
El Sibarel