Asimov en el "Hombre Bicentenario" plantea dos cuestiones fundamentales de la tecno-ética del siglo XXI. Por una parte su famosa "leyes de los robots", 3 leyes que regulan su comportamiento en relación con el ser humano, para ser así un aporte a la humanidad y no una amenaza. Pero más solapadamente, aunque es el eje central de la historia, los renovados valores de "libertad", "igualdad" y "fraterndidad".
Esta famosísima triada filosófica, no se puede materializar en forma vulgar, pues tenemos ejempos del pasado cercano que muestran lo dañino que esto puede ser. Son pues, principios filosóficos que rayan en el mundo platónico de las ideas puras, pero aun así están llenos de sentido "humano".
Y este es el problema de Andrew, él es un robot singular, puede ser creativo y expresar emociones como los humanos. Cuando percibe esta semejanza y en la medida que pasan los años, descubre que carece de "libertad" pues es un bien al servicio del hombre. Al pedir su libertad se topa con una verdad desagradeble, sólo los hombres somos libres. Tratará entonces convertise en un hombre, pero "no es igual", en muchos sentidos es superior a los hombres, por ejemplo puede ser inmortal.
Su dueño es el primero en acercarlo a un ser humano, le da la libertad de actuar en consecuencia de escoger su propio camino. Este camino le llevará a conocer el amor, el pricipio básico de la fraternidad, y finalmente el camino se vuelve confuso alcanza la igualdad aun antes que el mundo le reconozca como tal. La ley que lo hace igual a los hombres, con la única excepción de la edad, llega mucho después que el mismo se hiciera "igual" a nosotros.
Es en la "igualdad" dónde la verdad filósfica alcanza todo su esplendor, se trata de una igualdad no material, no tiene nada que ver con los elementos físicos, sino algo más espiritual... pero los robots no tienen espíritu... a Asimov parece no preocupale este punto y lo resuelve por ley. Algo me dice que esto será en realidad la discusión clave de la tecno-etica del siglo XXI, de una u otra forma deberemos responder la pregunta ¿qué es el espíritu? Este es en realidad el problema de Andrew, y nos afectará a todos en este siglo.
El Sibarel, de la nueva era