domingo, noviembre 03, 2013

Maldita hernia

Una de las consecuencias tardías de alguna operación inguinal o abdominal es una hernia, maldita.
En mi caso los primeros síntomas comenzaron hace muchos años al toser o estornudar, sentía algo, llamémosle un tirón o simplemente una extraña sensasión.
Nunca imaginé que eso se convertiría en una hernia inguinal a través de los años.
Empeoró todo cuando empecé a hacer ejercicios, en particular abdominales. Por esto dejé de ejercitarme.
La única solución es una operación, colocar una malla y nunca más hacer abdominales.
Bueno al parecer eso es lo que me espera a la vuelta de la esquina... pero ahora voy a darle pelea con un método alternativo y plazo de 2 meses. Ya les contaré quien gana.
Por ahora valga mi advertencia a los operados, sepan el riesgo que corren y cómo advertirlo temprano y no empeorarlo.

El Sibarel, yogui tardío