Los canales de TV deben hacerse responsables por los dichos de sus opinólogos que hacen una apología a los últimos delitos vistos en el país a propósito del estallido social, sobretodo de quienes son personas de bajos recursos. Robar es robar y punto.
Pero vamos a ver... Si el que roba no tiene educación, ni dinero y tiene mucha hambre, caramente comete un delito menos grave que toda esa gente de clase media que va en auto a robar un TV de plasma. Y así con las promociones, éstos últimos cometen un delito menos grave que empresarios y políticos que se han robado millones a todos nosotros.
Las penas de cárcel efectiva debieran ir creciendo en forma gradual, unos días para los primeros, unos meses para los segundos y varios años para los terceros.
Necesitamos transmitir este mensaje fuerte y claro, porque nadie tiene derecho a robar nada a nadie, nunca.