La verdad es que la androide Sofía también es considerada una chatbot, y la gracia de todas estas tecnologías actuales es que parecen desafiar al propio test de Turing.
Hasta aquí el estado del arte que es muy genial y que ha tenido algunas experiencias un tanto inquietantes como el chatbot de Twitter que se volvió nazi, pero en general vamos bien y con las IAs aún mejor... (eso espero).
Bueno, el punto es que descubrí que muchos humanos, homo sapiens sapiens, en realidad no son más que chatbots biológicos. Estas "personas" son capaces de sostener largas conversaciones, aparentando interés y compresión, pero al final sus cerebros siguen tan vacíos como al principio, sólo son chatbots.
Este hallazgo me impresionó bastante y es que realmente conversan sin estar conscientes, tienen un modo automático de conversación y ya está.
Lo peor de esto es que descubrí que todos lo tenemos... La diferencia está en cuándo, cómo y cuánto lo usamos, y si estamos conscientes de ello o no.
