Cuando digo que lo Digital no existe es porque lo podemos apagar fácilmente, es porque se trata simplemente de una ilusión y porque cuando se termina sólo nos queda la realidad, sólo quedamos nosotros y nuestras circunstancias, nuestras necesidades insatisfechas.
La Digitalización de las empresas se ve apalancada por
intereses económicos, por criterios de mayor eficiencia y competitividad, etc.
Lo que casi invariablemente se traduce en reducir costos, lo que implica muchas
veces reducir personal. En este sentido la Digitalización pudiera ser una amenaza
al Humanismo y si consideramos éste en los términos negativos que plantea Yuval
Noah Harari, entonces pudiera ser un cambio positivo dentro de esa línea, tema
que no analizaremos su mérito de verdad o falacia en este momento.
El aspecto negativo que veo en la famosa Digitalización es
la apuesta de poner todos los huevos en la misma canasta y prescindir del factor
humano, único factor que de momento puede generar ventajas competitivas dentro
un segmento completamente digitalizado.
Es decir, si hoy una empresa dónde todos sus procesos se soportan por
TICs y algoritmos tiene una ventaja competitiva real sobre una que no lo hace,
a la inversa en el futuro dónde todas las empresas funciones del mismo modo, y
con ello básicamente con las mismas tecnologías y algoritmos, sólo el factor humano
hará la diferencia.
¿Por qué es malo poner todos los huevos en una misma
canasta? Esto no debiera ser necesario explicar a la gente de finanzas, pero
ellos también han sucumbido al canto de las sirenas de la digitalización.
Imaginemos un escenario improbable, por no decir imposible.
Llega una raza de alienígenas amorales, que simplemente deciden ver qué
haríamos como civilización si de golpe perdemos toda nuestra tecnología. Para
este experimento aplican varios pulsos electromagnéticos (PEM) perfectamente
distribuidos y generan un blackout total de las tecnologías a nivel mundial en
forma instantánea.
¿Cuánto tiempo nos costaría recuperarnos? Primero, sinceremos
que viviríamos un período de un profundo caos, saqueos multitudinarios,
violencia sin fin, etc., al punto que al final de ese período la población
mundial se habría reducido muchas veces más que por el efecto del COVID-19.
En algún momento debería volver la cordura y comenzar la “reconstrucción”,
la recuperación, con la gente “calificada”, con conocimientos técnicos avanzados,
que haya sobre vivido. Sin computadores esto podría tardar entre algunas décadas
hasta un par de siglos.
Imaginemos que sólo nos toma 30 años, un tiempo récord. Eso
significaría que un niño que nació aproximadamente en el equivalente del siglo
XVIII terminaría viviendo en el siglo XXI en este lapso de tiempo. Algo al
menos perturbador para la psiquis humana.
Pregunta, ¿la Humanidad volvería a volcar todo su desarrollo
en una Digitalización plena o buscaría más bien generar un régimen mixto, entre
las tecnologías digitales, analógicas y el expertise humano?
Me parece que elegiríamos un régimen mixto, no sea cosa que los
aliens regresen con la misma broma, y si lo hacen nos podríamos
recuperar probablemente en un tercio del tiempo anterior. ¿Entonces si esto
parece lógico por qué no hacerlo hoy?
La respuesta tal vez sea porque no conocemos (por no decir
que no existen) alienígenas tan juguetones, y los intereses económicos son
mucho más sabrosos en un régimen digital puro que en un mixto.
Si los sistemas fallan, seguramente la empresa sufrirá una
pérdida económica con una cierta probabilidad de ocurrencia, que casi con toda
seguridad es costo menor que mantener un régimen mixto dónde los salarios de
los especialistas son un dato seguro y caro dentro de este esquema.
De aquí que la Digitalización es una amenaza al Humanismo,
pues prescinde del fator humano no sólo en términos laborales, de las personas
que trabajan, sino también del punto de vista de los consumidores o clientes
que se ven perjudicados por una falla tecnológica, cuyo costo directo para la
empresa resulta ser aceptable y le importa un bledo el costo final real de sus
propios clientes. Lo Humano desaparece, aquello que es lo único real
desaparece, sólo queda la ilusión de lo Digital.
No quiero dejar de comentar lo ilusorio que son los bitcoins
porque es el reflejo perfecto de lo ilusorio que resulta ser nuestra economía
actual. Así que al final todo esto se trata de un simple juego de tejedores de
ilusión, dónde la realidad ya no importa.
No estoy en contra de la Digitalización, pero creo que se
requiere de un régimen mixto, creo que se debe volver la mirada hacia lo
humano, una dimensión real junto a una ilusoria es probablemente mejor que una
real pura y seguro que es mejor que una ilusión pura.
Sibarel, sin el factor humano en el campo de juego la
economía será un territorio muy perverso