Sócrates no podía resolverlo y su discípulo Platón, por ser muy próximo a él tampoco lo pudo resolver.
Sin embargo Sócrates pavimentó lo suficiente el camino filosófico como para que Aristóteles, discípulo de Platón, pudiera resolver el misterio gracias a su distancia y pensamiento preclaro.
Lo que faltaba para hacer realidad la conclusión de Sócrates era la fuerza de voluntad, sin ella, ninguna verdad resulta suficiente para ningún cambio.
Una idea brillante y muy lógica, pero que resulta absolutamente estéril en el siglo XXI.
Hoy la Verdad es despreciada y no hace falta entonces tener fuerza de voluntad, simplemente no es del interés personal, individual y autónomo de estos habitantes.
A quién le interesa cambiar? Hablo mal y qué? Escribo mal y qué? Creo en la Tierra plana y qué? Soy de este partido político y qué? Soy antivacuna y qué? Soy, soy, soy lo que me da la gana y qué?
La gente simplemente hace su voluntad porque alguien filtró que esa es la única Ley, y es verdadera, pero sólo para los Iniciados (o cualquiera que comparta sus principios e ideales), que tienen precisamente un compromiso con la Verdad, con las Virtudes, con la Vida, y resulta un error fatal de otra forma, la forma predominante del siglo XXI.
Esto afecta a toda la sociedad, lo que lo abarca todo, incluido el trabajo obviamente. Da para pensar no?
#Sibarel, y qué?