By Sibarel
Si las empresas u otras instituciones deciden utilizar/crear
su propio metaverso para su beneficio propio, me parece estupendo y un
desarrollo importante de implementar incluso a nivel académico.
Pero, por el contrario, estoy en contra de un metaverso
monopólico, controlado por los mismos instintos depredadores de Facebook e
Instagram, que ya hemos visto lo perniciosos que son (fake news, sesgo de
confirmación, fomento y aprovechamiento de adicciones/productos, comportamiento
tiránico nivel god, etc.).
¿A caso no aprendimos nada de Second Life y de
Ready Player One? La primera versión del Metaverso sin duda fue Second
Life con muchos pros y contras, y la película mencionada es una clara
advertencia del peligro social que representa la inmersión en esta fantástica
alucinación descontrolada o perversamente controlada que es aún peor en este metaverso
zukerbergiano.
Las empresas o instituciones, podrán realizar un
aprovechamiento extraordinario de la realidad virtual, si eso quieren, pero el
problema de fondo es lo que atenta contra nuestra humanidad, en un mundo que ya
es una ilusión, muchas filosofías antiguas lo han advertido en el camino de la
búsqueda de la Verdad, y que ahora pretende llevar esta ilusión natural a un
nivel extremo de irrealidad artificial, dónde todos libros y películas de
ciencia ficción que han explorado estas instancias nos han revelado lo perniciosas
que pueden ser. ¿Lo vamos a permitir así nada más, como llevamos permitiendo
todo lo demás? El Siglo XXI, en vez de ser el siglo de la Esperanza, parece ser
el siglo del pandemonio, dónde todo vale, donde todos pueden hacer lo que les
da la gana, todos tienen derecho a todo. ¿En serio Elon Musk puede matar animales
con sus experimentos de chips cerebrales?
Valores, valores, valores, necesitamos fortalecer nuestros
valores, y eso sólo se puede conseguir por la interacción directa (no por una
pantalla) entre seres humanos, con los apretones de manos, con los abrazos, con
las lágrimas (no se pueden aceptar lo jefes que no dejan ir al baño o que no
dejan llorar a quién así necesita liberar sus emociones)… No somos máquinas, no
somos robots, hasta cuándo.
Las empresas que ven a sus “activos” humanos como robots,
bien podrían seguir el mismo camino pernicioso de Zuckerberg, total al final
igual van a reemplazar a sus empleados por robots. Pero las empresas
conscientes, y hay muchas, sabrán que no deben olvidar que trabajan con
humanos, y que, en vez de tratar de deshumanizarlos, deben hacer todo el
esfuerzo posible para que mejor desarrollen su condición y talentos humanos.
No estoy en contra de la tecnología, no podría siendo
ingeniero, pero sí estoy a favor del humanismo y combatir todo aquello que lo
ponga en riesgo.
Mientras más perdemos el contacto humano, real, con los
otros, menos nos importan los otros, más los cosificamos y más nos servimos de
ellos como “recursos”.
Este siglo será quizás la batalla final, entre la realidad y
la ilusión, entre lo humano y lo perverso, en algún punto todos deberemos
escoger de qué lado estamos, y yo ya tomé esa decisión.
Sibarel, un buen vino bajo las estrellas frente a un
fuego y las risas de los amigos…