martes, mayo 24, 2022

El Oficio de Masón


Al celebrar los 160 años de la Gran Logia de Chile, hoy 24 de mayo del 2020 e.v., bienvenida sea esta reflexión personal.

La Francmasonería no es una secta, no somos una religión ni un partido político. Decir que somos una institución iniciática, dedicada al estudio de la filosofía y la ética conductual, al parecer tampoco es suficientemente claro para disipar las dudas externas, particularmente entorno al concepto del secretismo que nos rodea y que finalmente nos vuelve una institución que declaramos ser más bien discreta.
Ser masón es un trabajo, pero como no es remunerado prefiero llamarlo oficio, pues da un cierto margen para su interpretación. Ser masón entonces es un oficio, cuyo objetivo primario es el progreso individual y como consecuencia directa el progreso de la sociedad toda, como objetivo secundario, porque sin lo primero lo segundo es imposible.
Este oficio requiere necesariamente de un estudio sistemático y permanente, porque de otra forma se malogra el primer objetivo y ni hablar del segundo, ya que se respeta irrestrictamente el libre pensamiento a través de la práctica habitual de la tolerancia.
Esto explica por sí mismo el por qué no hacemos un proselitismo directo hacia quienes nos rodean, familiares, amigos y colegas de trabajo.
Uno no lleva a su familia o amigos al trabajo o al estudio, cualquiera sean estos, porque ambas actividades son estrictamente personales. A lo más, es posible conversar al respecto sin dar mayores detalles, tal como hace cualquier estudiante de un doctorado o un ejecutivo de una gran empresa, porque primero son temas reservados y segundo requieren de una formación específica, lo iniciático, para que la conversación tenga sentido, puesto que nuestro lenguaje es velado por símbolos e ilustrado por alegorías. A lo sumo, podemos compartir alguna celebración pensada específicamente para vivir un grato momento en familia, ya que otra de nuestras características es ser una Fraternidad.
Quienes no han sido iniciados no podrán apreciar la riqueza y sentido de nuestros rituales, careciendo entonces de sentido hablar con mayores detalles al respecto.
Por otra parte, algunos critican nuestras leyendas diciendo que nos las hemos inventado, desconciendo de paso precisamente el hecho de que estamos plenamente conscientes de que somos los artífices de las mismas y que es por ese motivo que tienen fines puramente docentes para poder transmitir nuestras doctrinas.
Los masones, entonces, trabajamos sobre nosotros mismos para pode ser más útiles a la sociedad. La próxima vez que hables con un masón pídele un consejo y verás como la razón será la luz principal que irradien sus palabras, así es el fruto de este oficio.
Sobre otras críticas y masones corruptos, debemos reconocer que la naturaleza humana es imperfecta, por lo que dicha imperfeción se puede manifestar hasta en las mejores familias y este es un tema que no eludimos, pero que tampoco es tan simple de resolver, aunque  tenemos los medios para hacerlo y lo hacemos.
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Sibarel, uno de muchos Aprendices de Masón...