jueves, agosto 11, 2022

El Alma Inmortal

Uno de los antiguos límites de la Francmasonería se refiere a la inmortalidad del alma para los antiguos constructores de los Templos y Catedrales. En la actualidad, como Orden adicta a la Ciencia este tema no es tan simple de afirmar, puesto que carecemos de evidencia científica concluyente y porque lo inmortal, así como lo eterno e infinito, está más allá de las posibilidades de la experiencia y comprensión humanas.

¿Cómo podemos lo infinito si ni si quiera somos capaces de entender o dimensionar correctamente los grandes números? Constantemente debemos acudir a algunas analogías para aproximarnos a su comprensión sin alcanzarla de verdad.

¿Y cómo podemos hablar del alma si la ciencia pretende ningunearla o cancelarla?

Así que, en términos de la ciencia, no podemos tratar este tema a fondo.

Algunos pensamos que el alma se asocia a la conciencia. En tal caso, podemos apreciar los miles, sino millones, de relatos de experiencias cercanas a la muerte, que muestran claramente que existe consciencia más allá del cerebro, por cuanto los relatos de esas experiencias ocurren en un tiempo posterior a la muerte cerebral y hasta el momento en que el “alma” vuelve al cuerpo.  Estas experiencias no son meras alucinaciones, también incluyen información y hechos objetivos que ocurrieron durante el tiempo que se registró la muerte cerebral.

¿Y si fueran meras alucinaciones, cómo podría ser si el cerebro estaba muerto? Aquí hay que revisar un dato más que aporta la propia ciencia, que es el hecho de la existencia de neuronas en el corazón y los intestinos, pues la base de la Inteligencia Artificial se construye sobre redes neuronales artificiales, por lo que podríamos entender que la red neuronal del ser humano está más allá de los límites del cerebro y por tanto allí se podría encontrar quizás una clave para explicar la supuesta alucinación mientras el propio cerebro está muerto.

Lo cierto, es que esa “red neuronal” de los intestinos, es lo que a veces se asocia con la intuición y ese dolor de estómago que parece advertirnos que algo no anda bien sin saber exactamente qué es. Pero hay otro dato que es mucho más curioso y se debe a las experiencias con trasplantados del corazón, qué en algunos casos inexplicables, muestran cambios de gustos o hábitos, cuya explicación se encuentra en el propio donante de órganos, es decir, ocurre una especie de transferencia al receptor. Esto se podría entender si asumimos que se ha incorporado una parte de una red neuronal externa que gestionaba esos hábitos o gustos.

Si vamos a un terreno más esotérico, la Cábala dice que el alma de una persona “habita” preferentemente en el corazón, pero que también se puede distribuir entre otros órganos. ¿Será que la consciencia se reparte entre el conjunto de neuronas del cuerpo más allá del cerebro?

Así que tenemos una primera hipótesis dónde si asociamos la consciencia al alma, y viceversa, podríamos sospechar que las experiencias cercanas a la muerte son simples alucinaciones del conjunto de la red neuronal moribunda, pero aún así ello no explica la percepción de hechos remotos que ocurrieron en esos momentos y que luego se han podido verificar, ya que esto implica un desplazamiento del consciencia más allá de los límites físicos del cuerpo, indicando de este modo una primera aproximación a la idea de la inmortalidad del alma.

Si el alma puede existir más allá del cuerpo físico, el tema en discusión y que requiere más investigación, entonces ¿podría existir para siempre?

Hay otra gran cantidad de casos bien documentos de reencarnaciones. Lo que se ve en ellos es que niños presentan recuerdos de vidas pasadas, los que han podido ser confirmados. ¿Qué ocurre aquí? ¿Una consciencia (alma) de un fallecido se ha transferido a nuevo cuerpo? ¿Qué otra explicación puede haber, un simple acceso a información/recuerdos de otra persona?

En todos estos relatos, la consciencia del niño oscila entre su propia identidad y aquella identidad anterior, situación que se puede intensificar, pero que a medida que el niño crece termina por extinguirse, es decir, se terminan esos recuerdos, viene el olvido de esa vida. Pero mientras dura esta situación, para el niño es muy claro y evidente que lo que relata es sobre su propia vida y no un mero recuerdo falso. Vamos uno sabe que es uno mismo.

Así que vemos que puede ser posible que la consciencia/alma exista después de la muerte y parece posible además que pueda volver a reencarnar. ¿Esto es la inmortalidad del alma? ¿Será así por siempre? ¿Qué pasará si se extingue todo ser vivo? ¿El alma dónde está mientras no está en un cuerpo?

Desde el punto de vista de la Ciencia estas últimas preguntas no tienen respuesta y lamentablemente para algunos científicos no tienen sentido, pero debieran ocuparse del tema, dado que los hechos mencionados en este post no se pueden seguir negando o cancelando.

En un Universo “infinito” como el nuestro, con una dimensión y duración inconmensurables, se vuelve absurdo la existencia y vida tan breve de cualquier ser. Tal vez sea sólo nuestra aspiración a algo más, pero la evidencia debiera hacernos investigar mucho más. Vivir o tener consciencia para siempre es algo que realmente nos resulta incomprensible, pero todo indica que la consciencia puede ir de un ser a otro, que el alma puede reencarnar y al menos eso sí debiéramos poder aclarar.

Sibarel, no me imagino viviendo para siempre, me parece muy razonable que por cada encarnación se pierda la memoria, pero y tampoco puedo imaginar este proceso indefinidamente, ¿y luego qué pasa?