martes, septiembre 19, 2023

Dios Existe – Hipótesis I

Por Sibarel

 

Este ensayo sobre la RACIONALIDAD se basa en el trabajo de Antony Flew y su libro intitulado “Dios Existe”, porque plantea y sintetiza muy bien mis propios pensamientos, es decir, estoy de acuerdo con lo que él expone. Y en particular me referiré a la síntesis que presenta en el Apéndice A - El Nuevo Ateísmo: Una aproximación crítica a Dawkins, Dennett, Wolpert, Harris y Stenger.

Esta Hipótesis I se hace cargo de la primera de sus 6 ideas que evidencian que creer en Dios es más lógico que no hacerlo: la racionalidad implícita en toda nuestra experiencia del mundo físico.

Para todo lo que existe básicamente podemos reducir el problema a un origen determinado o de lo contrario debemos considerar que ha existido siempre. El concepto de Big Bang se relaciona con el sacerdote belga Georges Lemaître precisamente porque él pensaba que si el Universo tuvo un origen, entonces la causa de ese origen sería Dios. Lamentablemente el Big Bang por sí solo no resolvió este asunto, pues la teoría actual deja espacio para que los ateos desestimen a Dios como causa primera, siendo que anteriormente se pensaba que esta sería una prueba.

Así que a pesar que hoy reconocemos el Big Bang como la mejor hipótesis para la creación del universo, los ateos descartan a Dios como causa porque consideran que eso sigue siendo inexplicable, punto que los teístas aceptan con un pero, es decir, es decir, Dios es inexplicable para nosotros, pero no para el propio Dios.

En lo personal creo que Dios a través de sus atributos de eterno e infinito es algo que está fuera de este universo y de nuestras capacidades de comprensión.

Entrando a fondo en el tema de este artículo está el hecho que “nuestra capacidad de conocer y explicar verdades, la correlación entre el funcionamiento de la naturaleza y nuestras descripciones abstractas de tal funcionamiento, y el papel de códigos como el genético o el neuronal en los niveles más básicos de la vida, manifiestan por su misma existencia la naturaleza fundante y omnicomprensiva de la racionalidad.” Es decir, esta racionalidad obvia que podemos observar en toda la creación es consecuencia de un Dios racional necesariamente, lo que se llama una Mente infinita.

El matemático Kurt Gödel señaló que el mundo es racional y por ello se puede afirmar que “el orden del mundo refleja el orden de la Mente suprema que lo gobierna”. Así, esta realidad racional no se puede contra explicar por una simple selección natural porque esta a su vez presupone una cierta lógica en los procesos que ocurren en la naturaleza.

Stengler a través de su hipótesis de simetría con origen desde la nada con energía neta igual a cero[1], descarta a Dios para justificar las leyes de la naturaleza, pero Anthony Zee concluye lo opuesto: “me gusta pensar en un Diseñador Último definido por la Simetría, un Deus Congruentiae.” El punto central aquí es que la nada como origen de todo implica que inicialmente no había leyes ni vacíos ni campos, ni energía ni estructuras ni entidades físicas o mentales de ningún tipo y por lo tanto tampoco simetrías.

La nada no tiene propiedades o potencialidades, no puede producir algo aunque se le conceda un tiempo infinito porque ni siquiera tiempo habría. Y aunque el concepto de energía neta igual a cero (considerando la energía de atracción gravitacional como negativa y el resto de la masa total de universo como positiva) fuera real, esto no resuelve el espacio-tiempo estructurado ni el campo cuántico y las leyes de la naturaleza.

Por tanto si bien las leyes de la física reflejan simetrías subyacentes en la naturaleza, es esta misma simetría “la que apunta a una racionalidad e inteligibilidad del cosmos: una racionalidad enraizada en la Mente de Dios.”

El Cosmos puede surgir del Caos, pero no de la nada. Y sus Leyes no pueden ser fruto del tiempo infinito, pues no hay forma de hacer coincidir todas la variables y sus leyes al mismo tiempo, creer esto es un acto de fe tanto más grande que creer en Dios como su autor. Así como decía Sherlock Holmes: “una vez descartado lo imposible, lo que queda, aunque sea improbable, debe ser la verdad”.

Para ver otro giro de esta historia, me parece muy relevante lo que nos dicel Dr. William Lane Craig sobre las hipótesis de los necesitistas y los contingentistas.  Los necesitistas dicen que el origen de la vida es inevitable dada la naturaleza del universo y por lo tanto debiéramos encontrar vida por todo el universo. Por otra parte, los contingentistas dicen que la vida es extremadamente improbable, y sólo ha surgido por una “conspiración” de condiciones únicas e irrepetibles, tanto es así que no debiéramos esperar encontrar más vida fuera de la Tierra.

Ambas escuelas seculares acusan a la otra de tener agendas teológicas ocultas dentro de sus respectivas hipótesis. Los contingentistas acusan a los necesitistas que lo que proponen finalmente es que Dios diseñó el Universo (toda su estructura de leyes y constantes) para que exista la vida, por lo que esta hipótesis es creacionista finalmente. Mientras que los necesitistas acusa a los contingentistas de considerar que la vida en sí es un milagro y por tanto su hipótesis es también creacionista.

Por tanto, cualquiera sea el camino de la ciencia que optemos, inevitablemente si somos sinceros, concluiremos que este UNIVERSO está hecho intencionalmente para la VIDA.



[1] Edward Tryon fue el primero en proponer la idea de energía neta del universo casi cero.