jueves, septiembre 21, 2023

Dios Existe – Hipótesis III

Por Sibarel

 

Este ensayo sobre la CONCIENCIA se basa en el trabajo de Antony Flew y su libro intitulado “Dios Existe”, porque plantea y sintetiza muy bien mis propios pensamientos, es decir, estoy de acuerdo con lo que él expone. Y en particular me referiré a la síntesis que presenta en el Apéndice A - El Nuevo Ateísmo: Una aproximación crítica a Dawkins, Dennett, Wolpert, Harris y Stenger.

Esta Hipótesis III se hace cargo de la tercera de sus 6 ideas que evidencian que creer en Dios es más lógico que no hacerlo: hoy somos conscientes que somos conscientes y aquí está el problema con las neuronas.

Flew nos dice que estamos frente a un problema insoluble una vez que entendemos la naturaleza de las neuronas: “En primer lugar, las neuronas no tienen ningún parecido con nuestra vida consciente. En segundo lugar, y más importante, sus propiedades físicas no dan ninguna razón para creer que puedan producir conciencia”. Y luego señala que: “La conciencia está asociada a ciertas regiones del cerebro, pero cuando los mismos sistemas de neuronas están presentes en el tronco encefálico, no hay ninguna producción de conciencia”.

Yo recuerdo la historia de mi tío que me decía que el recordaba en momento en el que andando sobre un triciclo se dio cuenta de que él existía, es decir tuvo conciencia de sí mismo y esto, aunque no lo recordemos así por igual nos pasa a todos, es decir, hay un momento a partir del cuál somos reamente conscientes de nuestra existencia y antes de eso ¿qué éramos?, ¿vivíamos en modo automático?, ¿hubo acaso un cambio neuronal en ese momento? Esto último no lo creo como explicación y sí así fuera me gustaría ver pruebas de la neurociencia al respecto.

Según Gerald Schroeder: “No hay ninguna diferencia esencial entre los constituyentes físicos últimos de un montón de arena y los del cerebro de un Einstein. Sólo una FE CIEGA e infundada en la materia permite creer que ciertos trozos de materia pueden repentinamente crear una nueva realidad que no tiene el menor parecido con ella.”

Al respecto Daniel Dennett plantea que los fenómenos mentales de la conciencia se pueden reducir a ciertas funciones y por tanto: “Como estas funciones pueden ser imitadas por sistemas no vivos (por ejemplo, un ordenador puede resolver problemas), no hay nada misterioso en la conciencia.”

Flew responde que: “El funcionalismo en modo alguno explica o pretende explicar el estado de ser conscientes de, de saber sobre qué estamos pensando (los ordenadores no saben lo que están haciendo). Menos aún consigue decirnos quién es el sujeto consciente, el sujeto pensante.”

Por otra parte, Sam Harris defiende la realidad suprafísica de la conciencia: “El problema es que nada en el cerebro, cuando es estudiado como un sistema físico, declara ser portador de esa peculiar dimensión interior que cada uno de nosotros experimenta como conciencia… La conciencia podría ser un fenómeno mucho más elemental de lo que son los seres vivos y sus cerebros. Y no parece haber ninguna forma obvia de descartar dicha tesis experimentalmente”.

La conciencia subjetiva se llama qualia y está absolutamente fuera de las posibilidades de estudio de la ciencia. Entre paréntesis, el famoso tema de la identidad de género en parte tiene que ver con los qualia, y por tanto, queda fuera del ámbito científico.

Cuando practicamos meditación podemos finalmente encontrar al observador, un nivel de conciencia que la ciencia no puede explicar, pero que si creemos en Dios entonces podremos afirmar sin problemas que estamos frente al alma (y/o espíritu según las definiciones que cada cual prefiera al respecto).