Muchas veces el periodismo me decepciona, cuando cae en la tontera y de ahí más abajo en lo francamente RASCA, PICANTE y OFENSIVO.
Dado que estoy en contra de la censura no puedo ahora rasgar vestiduras, pero creo que se debe tener un mínimo de criterio para no faltar el respeto de una forma tan grosera.
El problema es que como para muchos resulta divertido, divertidísimo, la grosería termina por apropiarse de todo espacio y conversación, así todos nos empobrecemos un poco más, pero no es tan malo si al final terminamos todos igualmente rascas. Shi igual poh! Somos todos flaites.
Qui pa' broca cochi.
El Sibarel, no tan ordinario como otros…
