Yo sabía que esto podía pasar, es el clásico problema de las profesías autoanunciadas, y la inevitable ley del sincronismo y atracción. Ayer quedé con un sensación inquietante y hoy no pude evitar repetir el experimento, así que no puedo evitar escribirlo: Hechos 9, Conversión de Saulo.
Saben que es lo más interesante de esto, primero no creo en Cristo, segundo me molesta Pablo por considerar que transformó el mensaje original helenisándolo. No sé porqué se me ofrece este camino.
"Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas de extradición para las sinagogas de Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jereusalén a todos los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres. En el viaje sucedió que al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. El cayó al suelo y oyó una voz que le decía:
- Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
- ¿Quién eres, Señor? - preguntó.
- Yo soy Jesús, a quién tu persigues - le contestó la voz -. Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer.
Dejo a ustedes que lean el resto del pasaje, yo aun le busco explicación.
Una posibilidad para evitar de mi parte aceptar lo que no quiero aceptar es por las leyes mencionadas que en este universo "cuántico" obran verdaderos milagros, pero que son reflejo de nuestras proyecciones volitivas y no necesariamente la realidad suprema. Este es el misterio que debo resolver inevitablemente.
El Sibarel, entrando en el Camino, cualquiera sea este.