jueves, marzo 14, 2019

Por qué fracasa la implementación de la metodología de PMI en Chile

Para ser sincero, asumo que deben existir muchos casos de éxito de la metodología PMI para la gestión de proyectos en Chile, pero en los casos que fracasa me parece que se trata de un problema de idiosincrasia.

En algunos sectores, los responsables de la adjudicación de un proyecto y luego sus gestores directos como los Gerentes de Proyecto, son los responsables directos de vulnerar los principios básicos de esta metodología al exigir a priori o ex post el rebajar los plazos, rebajar los costos o simplemente alterar en forma continua los cronogramas con la excusa torpe de adelantar tareas para asegurar el cumplimiento de los compromisos, la palabra dada y un montón de eufemismos para manipular la verdad y la solución a su propia medida, con la ceguera absoluta que al hacerlo sólo garantizan el fracaso.

Ya no estamos frente al caso, muy creativo, del gerente de proyecto del lado del cliente que quiere poner 9 mujeres en paralelo para tener la guagua en 1 mes, lo normal en las ambiciones chilensis, sino que además tienen la osadía de proponer sacarle a la guagua alguno de sus órganos no vitales, para que nazca incluso en menos tiempo, pero que más adelante se pueda operar de algún modo para completarla.

Si se dan cuenta esto es aberrante, si fuera el caso de una guagua real, pero es pan de todos los días en algunos sectores, y el proveedor es responsable por aceptar o ceder ante esas presiones no éticas.
Esta es una práctica, una realidad en Chile, que hace fracasar cualquier gestión del tipo PMI.

¿Cómo o por qué pasa esto? En mi opinión, se debe a que los gestores responsables de las decisiones técnicas no tienen la formación adecuada, no tienen las competencias y/o simplemente no les interesa o tienen planes opuestos, y al final sólo buscan reducir plazos y costos, que si el proveedor pisa el palito y acepta entonces asume toda la responsabilidad, pero esta forma de proceder es la irresponsable desde el primer momento y garantiza el fracaso de PMI en Chile.

La respuesta desde la metodología sería realizar controles de cambios una vez aceptado el proyecto, pero resulta que el bombardeo continuo de reuniones no planificadas, de creación de fuerzas de tareas no contempladas, genera ambientes de trabajo muy hostiles, y sí, se debería aplicar la metodología de Controles de Cambios, pero esa misma metodología está pensada para tratar temas excepcionales, y no temas semanales o casi diarios.

PMI sirve, pero en culturas que lo entienden y respetan. Y si el problema es de idiosincrasia, entonces a decir verdad ninguna metodología puede ser 100% exitosa, pero PMI con lo robusta que es puede terminar siendo una de las más vulnerables al final para proyectos de largo aliento que sufren los problemas aquí indicados.