sábado, mayo 30, 2020

La Nueva “Normalidad Económica”, Mañana o Pasado


Desde “ayer” que es necesario hacer un cambio profundo en nuestro sistema económico, capitalista neoliberal, llevamos “esperando” décadas para estar mejor, y aunque algunos lo han logrado, todos los demás no. Pero el estallido social de octubre probó que ya era suficiente de estar esperando, y ahora más encima, con la recesión consecuente por la pandemia del COVID-19, que llegó para quedarse, es urgente cambiar este statu quo. Y la única forma de hacerlo es cambiando la Constitución y las Leyes, ya ustedes me dirán si sí o si no cuando terminen de leer este post.
Propongo algunos cambios que explicaré a continuación, y esto como para empezar los cambios nada más:
·         Regulación de Precios.
·         Garantía de Producción y Distribución.
·         Nuevo Modelo Empresarial como si fuera un Ente con Derechos Propios.

Regulación de Precios
El artificial modelo de Oferta/Demanda, inventado por los hombres quiero decir, supone cierta buena voluntad o intención de las partes, lo cual claramente es una mentira desde antes pero sobre todo en el tiempo actual, porque en condiciones excepcionales prueba seriamente que el oportunismo y egoísmo es lo que prima.  No es posible que una canasta básica de alimentos sufra una fluctuación de precios al alza absolutamente arbitraria a beneficio directo de unos pocos oportunistas. En crisis como la actual, fuera de un escenario así no se requiere aparentemente, el Estado debe tener el derecho y obligación de fijar los precios. Será materia de los economistas fijar esto del modo justo de hacerlo, si una banda de precios basada en ciertos datos estadísticos de los últimos períodos, etc., etc.

Garantía de Producción y Distribución
Es claro que, en el escenario anterior, algunos no van a estar dispuestos a continuar produciendo o distribuyendo aquellos productos, porque podrían rentabilizar más su riqueza en otras áreas. De ahí que es fundamental, que en estos casos de excepción, el Estado pueda garantizar la producción y distribución de estos productos con precio regulado y esenciales. Los Diputados y Senadores deberán resolver estas materias, sino hubiera otra forma de hacerlo.
Una de las aristas de este punto es por ejemplo el agua. Este es un derecho fundamental, que el Estado debe garantizar y por tanto no puede estar en manos de privados como ocurre hoy en día y que nos deja tristemente como el primer país del mundo en cometer una aberración semejante.
Así como se regula la libre circulación de los vehículos cuando los índices de contaminación ambiental suben, así mismo se debe garantizar el acceso al agua cuando el índice de acceso a la misma merma. No se puede entender esta diferencia en el mismo país.

Empresa como Ente con Derechos Propios
Cuando un padre y una madre deciden tener un hijo se deben hacer responsables de su desarrollo, de su alimentación, de sus ropas, de su educación, etc.  Si quieren abortar eso lo deben decir antes de que la criatura nazca, porque después es un crimen severamente castigado por la sociedad. Por otra parte, podemos concluir que un hijo no le pertenece ni a la madre ni al padre, se pertenece a sí mismo, pero no se puede valer por sí mismo sino hasta cuando complete su formación y desarrollo.
El Capital y el Trabajo, son los padres de la criatura llamada Empresa, llevamos siglos en ello, y es muy claro que no se puede mantener por sí misma pues necesita de ambos.
Hoy el modelo no es así, lo que al menos enseñan las Escuelas de Negocio es que los ejecutivos deben maximizar las utilidades de los dueños de la empresa, y si eso significa venderla por partes y piezas por kilo, eso es lo que deben hacer. ¿Y los trabajadores? A nadie les importa en este modelo, esa es la verdad, porque al final lo que manda es el egoísmo y ambición, propia y natural de los seres humanos que no se han preocupado por nada más, y que se creen dueños de una empresa que en realidad no les pertenece.
Lo anterior entonces es inaceptable, pero de alguna manera, los ejecutivos y empleados mejor remunerados parecen volverse ciegos, total tienen resueltas sus necesidades y por tanto la pobreza no existe, al menos para ellos.
Este modelo debe cambiar a uno cuyo objetivo sea obtener el máximo beneficio para la Empresa, este ente que no es capaz de valerse por sí mismo porque requiere del Capital y el Trabajo. Entonces los ejecutivos no pueden decidir vender la empresa por partes y piezas al kilo.  La quiebra de una empresa debiera ser tratado casi como un crimen (como matar a un hijo nacido), y se debe probar que es algo involuntario, o será tratado como un homicidio (o femicidio).
Al ser el objetivo principal el Beneficio de la Empresa, estamos asegurando el mejor escenario posible para sus trabajadores y los dueños de la empresa en su conjunto (como la famosa “Teoría de Juegos”), y no sólo el bolsillo de los dueños del Capital, porque en realidad ninguno es el dueño de la creatura Empresa, este ente Empresa es dueña de sí misma, y necesita que el Estado defienda sus derechos. Los dueños de empresa claro que se opondrán a esto, pero es que es una verdad inmensa, los dueños del Capital ya no son dueños de la empresa que ha nacido. El Capital y el Trabajo son responsables del crecimiento de la empresa y si no cumplen con ello deben ser castigados por el Estado.
De esta manera, si se implementan los cambios necesarios, sería imposible que la Empresa se acoja a una ley para no pagar el sueldo a sus trabajadores y al mismo tiempo repartir utilidades a sus accionistas. ¿Les parece conocido? Bueno eso pasa por la falta de valores en la sociedad, por el egoísmo oportunista de los “dueños” de las empresas, y esto no se puede permitir en escenarios de crisis como la que estamos recién empezando a vivir y que seguramente aún empeorará mucho más.

Conclusión
El Estallido Social y la Pandemia/Recesión han puesto en evidencia lo peor de nosotros mismos, lo malo es que si algún día pasa esta pandemia, quedará una gran recesión y vendrá un mega estallido social, dejando chico a lo vivido en octubre pasado y nadie podrá decir “es que no lo vimos venir”, porque aún no se ha resuelto nada y por el contrario ha empeorado todo.
Dado que la naturaleza humana no es adicta a la VERDAD (es cosa de ver a los terraplanistas que anda por la vida como si nada), ni tampoco es adicta al BIEN (es cosa de ver cómo “todos” engañaron en la declaración jurada de no tener COVID-19 para entrar al país sin hacer cuarentena y luego el ministro se sorprendió porque le mintieron en la cara), el Estado debe tener un rol ingrato pero muy necesario, dada esta naturaleza humana, y aplicar “ya mismo” los puntos planteados: Regulación de Precios, Garantía de Producción y Distribución y Modelo Empresa-Ente. No hacer nada, como es la situación actual, no sólo es altamente irresponsable, es un acumular combustible para que el país se queme por completo en la segunda etapa del estallido social que comenzará el término de la pandemia sino antes. Y estas medidas son sólo 3 ideas a la pasada, porque seguramente podemos determinar 20 más que pueden hacer de este país uno mejor, más justo, más equitativo y más seguro (lo opuesto a la violencia que va a en aumento).
Sería ideal pensar que si mejoramos la educación también vamos a corregir los aspectos negativos de nuestra naturaleza, pero eso es utopía pura, los hechos prueban que no es verdad. Tampoco es cierto que da lo mismo la educación, obvio que no, no da lo mismo la mala educación o su calidad, debemos hacer todo lo posible por mejorarla superlativamente, pero lamentablemente eso no puede garantizar que todos serán buenos por el hecho de conocer la verdad, y de ahí que lo fundamental es tener una Constitución y Leyes fuertes que den garantías de bienestar a todos los ciudadanos, cosa que claramente no está pasando hoy.