martes, junio 23, 2020

Defensoría del Hombre ante el Éxito de los Esclavos


Las empresas piden esclavos, no se asusten todavía, piden robots, y esta pandemia está acelerando el proceso que en el año pasado se indicó sería mejor retrasar, precisamente por el gran impacto negativo que tendría en lo inmediato en miles de trabajadores no preparados para adaptarse al cambio tecnológico.
Pero las empresas piden esclavos, y lo vienen haciendo desde el advenimiento de la tecnología moderna. Cuando aparecieron los emails, la gente perdió la cabeza, y la red se llenó de emails, en un volumen superlativamente superior a todos los memorándums que anteriormente se hubieran enviado en el mundo entero. Y todos dieron por sentado que, por el hecho de enviar el email, el asunto en cuestión ya era responsabilidad del otro y se le podría exigir la solución, aún en ausencia de una respuesta directa. Esto mató definitivamente la conversación humana, esto eliminó la retroalimentación. Las empresas piden esclavos.
Cuando fue el big bang de Black Berry y peor aún, cuando llegaron los smartphones, ya no sólo era un asunto de emails, sino de mensajes directos, a los cuales todos debían responder de “inmediato”, sin importar la hora, sin importar el día o lo que estuvieran haciendo, pues ese era su deber, ¿estaban comprometidos o no? Las empresas piden esclavos.
Y así con todo el logro tecnológico contemporáneo, que nos ha llevado a la desmesura laboral, a la desmesura del trabajo humano, a la desmesura del teletrabajo, al término de la manera humana de vivir, y lo que nos queda es el advenimiento de las máquinas, de los robots, de los esclavos. Las empresas piden esclavos.
¿A alguna empresa le importa la persona? ¿Sí? ¿Y qué hace la empresa por la persona? Yo tengo claro lo que hacen por los recursos humanos. Esos recursos que se pueden comprar y/o vender, pero las personas no.
Se perdió la manera humana de vivir, el ser ya humano no es tan buen recurso laboral después de todo, se enferman, se estresan, se justifican, se rebelan, pero los robots en cambio, son extraordinariamente buenos esclavos, y esta pandemia ya está acelerando el cambio tecnológico, pues se perdió la manera humana de vivir, ¿o todavía es tiempo para desacelerarnos y saquemos lo mejor que hay en nosotros mismos y que al fin de cuentas ningún robot puede dar?
La manera humana de vivir, sólo es de humanos, es la forma natural de relacionarnos, de crecer juntos, de formar una sociedad sana, una sociedad real no virtual, de vivir la vida y disfrutarla, no por unos pocos, sino para todos.
Una sociedad robotizada, no tendrá empatía, ni solidaridad, ni misericordia, pero a quién le importa cuando todo es eficiencia. Las empresas piden esclavos.
Sé positivamente que hay empresas que sí están a favor de la manera humana de vivir, que han sacado el pie del acelerador, y sinceramente espero que la sociedad sepa valorar esto y les de su preferencia y se conviertan en tendencia, pues espero que esta pandemia nos deje al finalizar una importante lección de humanismo, de que lo esencial no sólo es invisible sino que no busca la eficiencia y se basa en el amor, lo que por cierto podemos dar los seres humanos y no los robots. Las personas desean el amor.