La “hibernación”, si fuera el caso, debió hacerse en febrero.
Debimos evitar a toda costa que regresaran los veraneantes de Europa con el
virus, ¿o como creen que llegó, nadando o por correspondencia, email, ondas 5G?
Debimos cerrar las fronteras, poner en cuarentena a todos lo que alcanzaron a
entrar y al detectar el primer caso debimos haber decretado la “hibernación”
para extinguir el contagio. Y no era tan difícil de haberlo previsto, sólo se
necesitaba tener los ojos bien abiertos, para ver lo mal que iban los españoles
e italianos, y por supuesto, tener los huevos bien puestos. Hoy es demasiado
tarde. Hoy es la aniquilación de todos.
El virus ya está presente a gran escala y la gente sigue
haciendo todo como si nada. Yo llevo desde marzo sin ir a Santiago, hasta ayer,
sí, en plena cuarentena, por un asunto médico que era impostergable, ¿y? Muchos
autos por todos lados, poca gente caminando, pero había, no era cero. El
estacionamiento de la clínica estaba lleno, y no por COVID-19. Me tomaron la
temperatura antes de entrar al estacionamiento, al ingresar al piso de mi
doctor, y mi doctor también, es decir 3 veces. La sala de espera no estaba
llena, pero estaba ocupada en poco más de un tercio. Todos con mascarilla, sólo
una persona con protector facial, a parte del médico que me atendió.
Yo llevaba, la mascarilla, el protector facial y los
guantes. Al regresar a casa, dejé mi ropa fuera, me desinfectaron con amonio
cuaternario, y me volví a desinfectar las manos como por cuarta vez. ¿Cuántos
pueden hacer esto? ¿Quién debiera hacerse cargo de esto?
Creo que llegó el momento de asumir que esta es la nueva
normalidad, que de normal no tiene nada, pero que requiere de un auto cuidado eficaz
y que las instituciones que están operando se tomen enserio las medidas de
precaución. El “bicho”, como le dicen, ya es omnipresente, vamos le falta muy
poco para ello, así que es mejor asumirlo de una buena vez.
Hibernar no va a “matar” al “bicho”, no lo va a “ahuyentar”
ni nada de eso. ¿Evitará que nos contagiemos? Eso podría ser si la hibernación
fuera real, es decir de unos 4 a 6 meses, no como la ridícula cuarentena de 14
días que claramente es insuficiente. Con 4 a 6 meses de hibernación toda la
economía nacional muere y con ella nosotros, y con menos de eso no le ganamos
al “bicho”.
El punto es que, este es el momento de hacer el cambio
definitivo en esto que podemos llamar la nueva normalidad, no se trata de salir
a tomar cafecito mesa por medio, se trata de protegerse de todas las formas
habidas y por haber, que nos den esa garantía y que todos estén en ello.
Entonces el que lo incumpla, la empresa o institución que los incumpla, merece
cárcel o clausura efectivas (hoy los jueces no lo hacen). Las multas, cualquiera las paga. El que tiene
para volar en helicóptero tiene para pagar varias multas.
Así que es hora de asumir que todo cambió, hasta que
tengamos una vacuna que nos devuelva la auténtica normalidad. Hoy nada es
normal y debemos aprender a vivir y trabajar con ello, de forma segura, y en
esto el Estado no puede ser un mero espectador.