miércoles, junio 17, 2020

¿Hibernación en Santiago que no es Chile?

La hibernación, aunque no soy experto, es un proceso que se inicia antes de que llegue el invierno, o de otra forma es un suicidio, de esto saben mucho los osos que sobreviven. Pero aquí el invierno ya llegó hace rato, y no me refiero a la época del año, sino al COVID-19, y la “hibernación” de la que hablan ya no es lo que debió ser.
La “hibernación”, si fuera el caso, debió hacerse en febrero. Debimos evitar a toda costa que regresaran los veraneantes de Europa con el virus, ¿o como creen que llegó, nadando o por correspondencia, email, ondas 5G? Debimos cerrar las fronteras, poner en cuarentena a todos lo que alcanzaron a entrar y al detectar el primer caso debimos haber decretado la “hibernación” para extinguir el contagio. Y no era tan difícil de haberlo previsto, sólo se necesitaba tener los ojos bien abiertos, para ver lo mal que iban los españoles e italianos, y por supuesto, tener los huevos bien puestos. Hoy es demasiado tarde. Hoy es la aniquilación de todos.
El virus ya está presente a gran escala y la gente sigue haciendo todo como si nada. Yo llevo desde marzo sin ir a Santiago, hasta ayer, sí, en plena cuarentena, por un asunto médico que era impostergable, ¿y? Muchos autos por todos lados, poca gente caminando, pero había, no era cero. El estacionamiento de la clínica estaba lleno, y no por COVID-19. Me tomaron la temperatura antes de entrar al estacionamiento, al ingresar al piso de mi doctor, y mi doctor también, es decir 3 veces. La sala de espera no estaba llena, pero estaba ocupada en poco más de un tercio. Todos con mascarilla, sólo una persona con protector facial, a parte del médico que me atendió.
Yo llevaba, la mascarilla, el protector facial y los guantes. Al regresar a casa, dejé mi ropa fuera, me desinfectaron con amonio cuaternario, y me volví a desinfectar las manos como por cuarta vez. ¿Cuántos pueden hacer esto? ¿Quién debiera hacerse cargo de esto?
Creo que llegó el momento de asumir que esta es la nueva normalidad, que de normal no tiene nada, pero que requiere de un auto cuidado eficaz y que las instituciones que están operando se tomen enserio las medidas de precaución. El “bicho”, como le dicen, ya es omnipresente, vamos le falta muy poco para ello, así que es mejor asumirlo de una buena vez.
Hibernar no va a “matar” al “bicho”, no lo va a “ahuyentar” ni nada de eso. ¿Evitará que nos contagiemos? Eso podría ser si la hibernación fuera real, es decir de unos 4 a 6 meses, no como la ridícula cuarentena de 14 días que claramente es insuficiente. Con 4 a 6 meses de hibernación toda la economía nacional muere y con ella nosotros, y con menos de eso no le ganamos al “bicho”.
El punto es que, este es el momento de hacer el cambio definitivo en esto que podemos llamar la nueva normalidad, no se trata de salir a tomar cafecito mesa por medio, se trata de protegerse de todas las formas habidas y por haber, que nos den esa garantía y que todos estén en ello. Entonces el que lo incumpla, la empresa o institución que los incumpla, merece cárcel o clausura efectivas (hoy los jueces no lo hacen).  Las multas, cualquiera las paga. El que tiene para volar en helicóptero tiene para pagar varias multas.
Así que es hora de asumir que todo cambió, hasta que tengamos una vacuna que nos devuelva la auténtica normalidad. Hoy nada es normal y debemos aprender a vivir y trabajar con ello, de forma segura, y en esto el Estado no puede ser un mero espectador.