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iempre pensé que la educación era una poderosa herramienta
que hacía libres a los hombres. Me refiero en concreto a la educación primaria,
secundaria y la educación superior, y la consecuente libertad de elección
respecto al propio “destino”.
Ocurrió una vez… Un amigo cubano me dijo que la educación esclavizaba
al hombre. Yo creo que lo miré con cara de estupor, porque arremetió y me dijo,
la educación forma “empleados”, básicos o altamente calificados, pero empleados
para quien es el dueño del capital. Nada más chocante en relación a lo que
siempre había valorado de la educación, sobre todo desde una mirada histórica
dónde Chile se enfocó en la educación pública, su gratuidad y obligatoriedad
primaria, para equiparar la cancha frente a las clases acomodadas que recibían
una excelente educación privada.
Ha pasado mucho tiempo desde esa conversación, pero hoy veo
algo que no vi en ese momento.
La Educación funciona como una curiosa balanza con dos
platos, uno es el de la Libertad (para hacer y vivir como se desea) y el otro es
el de la “Esclavitud” (para servir como empleados a otros).
La falta de educación, produce “esclavos” a los cuales la
gente “educada” puede “gobernar” “fácilmente”. Si la educación fuera opcional,
eso produciría una falsa sensación de libertad que podría redundar en esta
forma de “esclavitud” por falta de educación y una falsa impresión de libertad.
Así que, dependiendo de cómo se oriente la educación, hace libre
al hombre y lo prepara para poder trabajar en aquello que desee, o lo limita y
lo conduce a trabajar en lo que otros desean, “esclavizándolo” pero ahora con
un perfil calificado o incluso altamente calificado.
Por tanto, el contenido y la calidad de la educación, son
determinantes para que se logre este especial “equilibrio” que redunde en una
libertad no esclavizante. La no educación esclaviza, cierto tipo de educación
también esclaviza, y sólo hay un tipo de educación que de verdad hace libre al
hombre y es esa educación la que debemos buscar, fomentar, fortalecer y, sobre
todo, hacer accesible a todos.
Pero hay que entender una última cosa, la libertad de la que
hablo es para tener la capacidad de decidir qué hacer y cómo hacerlo, con otros
o para otros, porque la vida en sociedad no se puede desarrollar en completo
aislamiento, necesitamos del basurero, necesitamos del panadero, necesitamos de
la generación de electricidad, necesitamos del servicio de internet, etc.,
etc., necesitamos de los árboles que nos dan el oxígeno para vivir y ellos
necesitan nuestro dióxido de carbono… Todo y todos estamos interconectados, nos
necesitamos mutuamente y libremente, porque entendemos que esa es la única
forma en que todos podemos progresar y vivir en plenitud.
Sibarel