martes, junio 08, 2021

La Democracia está Muerta

E

ste apocalíptico título tiene que ver más con una observación actual que con una posición filosófica, aunque es cierto que hay muchos pensadores y filósofos actuales que más o menos nos advierten de lo mismo con otras palabras.

Desde el “Estallido Social” en Chile, el poder político ha venido cayendo en una espiral y la gente se ha fascinado con esta idea al punto de querer aniquilar por completo las estructuras tradicionales (fenómeno, que dicho sea de paso, pareciera ser también de carácter mundial), pero sin una alternativa o propuesta intelectual viable, lo que lo convierte en un puro berrinche. Un berrinche que está resultando muy efectivo por lo demás y logrando su propósito nihilista.

Los jóvenes, pero no sólo ellos, están empecinados con ideas de cambio, y están dispuestos a votar por cualquiera que parezca “ofrecer” ese cambio. El problema es que los paladines del cambio son carentes de ideas, carentes de proyectos, carentes de competencias y conocimientos que realmente permitan hacer un cambio para bien, son casi unos influencers vacíos.

La gente sin conocimientos, sin ideas concretas ni proyectos, carecen de VISIÓN y sin ello no es posible liderar ni menos administrar. Lo que queda es una improvisación continua, que con bastante suerte puede producir algunas cosas buenas, pero que al proyectarla en el largo plazo indudablemente conduce al fracaso.

En este escenario, la democracia en impracticable y podemos predecir su muerte, porque favorece el posicionamiento de estos incompetentes en el poder y eso terminará mal.

Pero hay una realidad que es mucho más triste aún. Al observar los últimos 30 años, no parece que los resultados hayan sido tan sobresalientes como para venir a defender a la elite política. Y quizás sea esta impresión la que avala el cambio, es decir si los que estaban “a cargo” resultaron ser tan incompetentes como cualquiera, entonces que nos gobierne cualquiera, total las cosas no podrían empeorar y quizás sí mejorar.

El problema es que esta es una pobre idea, y una gran falacia, las posibilidades de que las cosas puedan mejorar de esta manera tienden a cero, y lo más probable es que sí empeoren a corto plazo, a niveles que no podemos ni imaginar.

Nuestro futuro está en manos de jóvenes desencantados que deben recapacitar. Bien que voten por rostros nuevos, pero que sea gente competente, con conocimientos pues, con ideas, con proyectos, con una VISION realista y no con puras fantasías nacidas del melodrama, o viviremos en el cadáver de la democracia y eso sólo atraerá a los buitres del despotismo.

 

Sibarel