jueves, septiembre 28, 2023

Dios Existe – Hipótesis V

Por Sibarel

 

Este ensayo sobre EL YO se basa en el trabajo de Antony Flew y su libro intitulado “Dios Existe”, porque plantea y sintetiza muy bien mis propios pensamientos, es decir, estoy de acuerdo con lo que él expone. Y en particular me referiré a la síntesis que presenta en el Apéndice A - El Nuevo Ateísmo: Una aproximación crítica a Dawkins, Dennett, Wolpert, Harris y Stenger.

Esta Hipótesis V se hace cargo de la quinta de sus 6 ideas que evidencian que creer en Dios es más lógico que no hacerlo: ¿cómo y por qué es que YO existo? Descartes lo entendió al revés. Porque YO existo es que YO pienso, percibo, deseo, significo e interactúo.

Flew nos dice: “Nuestro YO no es algo solamente físico, de la misma forma que no es algo solo suprafísico. Es un YO encarnado, un cuerpo con alma; TU no estas en una célula específica de tu cerebro o en alguna parte de tu cuerpo”.

Por otra parte, complementa con: “La negación del YO no puede ser mantenida sin contradicción. A la pregunta ¿Cómo sé que existo?, un profesor dio la célebre réplica ¿Y quién está preguntando?”.

Finalmente concluye que: “Nos damos cuenta de que  el YO no puede ser descrito, menos aún explicado, en términos físicos o químicos. La Ciencia no descubre al YO; es el YO el que descubre a la Ciencia. Comprendemos entonces que ninguna versión de la historia del universo es consistente si no da cuenta de la existencia del yo”.

Aquí nos enfrentamos a nuestra propia UNIDAD, a nuestra propia UNICIDAD. Dios es único y en ese sentido cada uno de nosotros también lo es, y nuestro YO es único, porque al fin y al cabo, hemos sido creados a “imagen y semejanza” de Dios, el famoso “YO soy el que soy”. Esa chispa divina, esa letra YOD que da inicio al tetragrámaton es la que también nos anima, y la ciencia sigue sin poder asir.

Este YO es el responsable de los qualia, aquellas experiencias subjetivas y únicas que experimentamos como individuos, es nuestra forma personal de percibir los colores, los sabores, olores, texturas y sabores. La ciencia no los puede medir o cuantificar de manera objetiva, pero son una verificación personal de la existencia misma de nuestro YO.